jueves, 26 de marzo de 2009

Inmigrantes rumanos es España



Los rumanos son la colectividad extranjera inmigrante de mayor número de matrimonios mixtos, con 1.394 casamientos en 2005, que en los últimos años, sin datos aún, parecen haber evolucionado muy a la alza. Dentro de una convivencia muy aceptable con la sociedad receptora, y una opinión general muy satisfactoria de los empresarios españoles sobre los trabajadores rumanos. Y con sólo algunas referencias críticas a la etnia gitana, cuyos efectivos en España pueden situarse en torno a 25.000 personas.

La escolarización de los hijos de rumanos es prácticamente del 100 por 100. Y en lo que se refiere al aprendizaje del español, son los inmigrantes eurocomunitarios que más rápidamente lo aprenden; tanto por la naturaleza latina de su propia lengua, como por la fuerte concentración de rumanas en actividades domésticas y de servicios en general, con estrecha comunicación cotidiana.
Actualmente existe un centenar largo de asociaciones de inmigrantes rumanos más o menos operativas, con fuerte concentración en las CC.AA. de Madrid, Cataluña y Valencia, y casos de gran densidad en poblaciones como Coslada y Castellón. Habiéndose comprobado que la participación en las elecciones locales como ciudadanos comunitarios, es débil; sobre todo, por las burocracias de inscripción en el censo electoral.

En el Tratado de Adhesión de Rumanía a la UE, con integración desde el 1.I.2007, se permitió que los Estados miembros fijaran moratorias a la contratación laboral. Que en España se estableció por dos años, con finalización el 1.I.2009. Pudiendo decirse que si con esa moratoria se pretendió “evitar que viniesen más rumanos”, su eficacia fue nula; por la configuración como autónomos del 20 por 100 de los trabajadores inmigrados de la antigua Dacia.

En cuanto a la contribución de los rumanos a la economía española, puede estimarse, en términos estrictamente salariales, en unos 8.000 millones de euros, que representan el 0,71 por 100 del PIB español. Aunque esa cifra es muy relativa y de expresión poco generosa, por las muchas incidencias en otros planos de la realidad.

Un efecto cuasidirecto de la inmigración en general (y dentro de ella de la rumana) consiste en que importantes efectivos laborales españoles se liberaron merced a la disponibilidad de trabajadores en actividades domésticas; con doce puntos más de presencia laboral de la mujer española en la población ocupada a lo largo de la última década. Además, la inmigración tiene un impacto muy favorable en términos de aportaciones a la Hacienda y a la Seguridad Social.

Está claro que el crecimiento económico que se experimentó en España en los últimos tiempos, se debe en buena medida a los inmigrados. Porque, ni por ensoñación se habrían alcanzado cotas de expansión como las conseguidas sin esos aportes de fuerza de trabajo y, entre ellos, la de los rumanos. Que han contribuido grandemente a nuestra calidad de vida.

El retorno de los trabajadores rumanos, en medio de la crisis que atravesamos (y por su fuerte concentración en actividades constructoras), apenas se ha planteado… todavía. Todo dependerá de la proporción en que mantengan sus puestos de trabajo, o su situación como parados con seguro de desempleo. Como también es cierto que están pesando dos nuevos factores pro-retorno: el encarecimiento de las hipotecas para quienes adquirieron una vivienda; y aún débilmente los llamamientos oficiales desde Rumanía para favorecer la vuelta de especialistas.

Por Alberto Morales

Alejandro Chaparro

Juan Asensio

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